Adivinanzas


SEPTIEMBRE

A veces blanquita,
a veces negrita,
y siempre bolita

Soy delgadito
como un palito.
Cógeme en la mano,
verás cómo pinto.

Prima del melocotón,
se la come algún primate
escondida en el turrón
y en medio del chocolate.

No tiene pata tallada,
pero sí ojos;
se puede poner asada
en los rastrojos.

Unos somos verdes,
otros somos negros,
pero de dulzura
todos vamos llenos.

Blanca por dentro,
verde por fuera,
si no lo adivinas
Espera.

De la tierra voy al suelo
y del cielo he de volver ;
soy el alma de los campos,
que los hace florecer.

Soy el jugo de la uva,
de la copa el contenido,
de la mesa el gran señor,
de todos apetecido.

Es como una habitación
que tiene mesas y sillas ;
allí se hacen maravillas
y se aprende la lección.

Que lo escrito está,
no es verdad.
Te lo puedo demostrar :
Me frotas contra el papel
Y a escribir otra vez.

El la pared colgado,
la tierra marrón
y el mar azulado ;
a veces es mudo
pero no hay hablado.

Es un tablero gigante
muy verde o negro ;
con una tiza al instante
pinta y me alegro.

Por mí corre sangre azul
y mi función es muy noble,
lo que voy dejando escrito,
no hay persona que lo borre.

Empieza como hace el pato,
termina como el invierno ;
escribes en él un rato
porque ninguno es eterno.

De él no me libro
si quiero aprender
y con él me libro
del entontecer.

Palabras, palabras,
unas cortas y otras largas,
todas con su explicación,
las que sabes y las que no.

Pasa un brazo por aquí
y otro por allá
y carga sobre la espalda
todo tu afán escolar.

Primero va y se le apunta
con el lápiz en el centro ;
y si tú lo giras dentro
bien pronto le saca punta.
Es un trozo de madera
largo y delgado : un tubito ;
su tripa está toda entera
bien rellena de grafito.

Está siempre en tu libreta,
a veces en las paredes,
e incluso en una cometa.
Adivínalo si puedes.

Ese sitio es el lugar
en donde todos los días
salimos a jugar
o para hacer tonterías.

Lo que rotula mejor
y de maravilla pinta
suele llevar buena tinta
en un canuto interior.

Te los mandan para casa como repaso
y con cuidado los haces, pasito a paso.

Hoy cuando me levanté,
puse uno en cada pie.
Como no son los zapatos,
dime tú... ¿qué puede ser?

Me pones y me quitas,
me tomas y me dejas,
conmigo no tiritas
y estoy hecho de madejas.


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